miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ecos ajenos

Hoy me decia un niño rumano: “Mi madre y mi padre están en Rumanía. Yo me quedo con mi hermano y mi abuela aquí, porque tengo que estudiar y aprender mucho. Pero ahora no tengo quien me cuente cuentos,…”- ¿Antes de dormir tu madre o tu padre no te cuentan cuentos?.- No, no tengo a nadie que me cuente cuentos.

Me produjo tanta tristeza oirle decir ésto, asumiendolo con naturalidad, como si fuera lo “normal” porque es lo frecuente que le dije:
- No es verdad, me tienes a mi para contarte cuentos.
Me miró y se abrazó a mi, me dijo:- Gracias profe.
- Ayer en Mieres todos se despertaron con granos de azúcar en los labios, pero sólo se dieron cuenta los que al despertarse, se besaron.
- Otro, cuéntame otro, escuchar…
- Ayer en Mieres todos se despertaron con un rayo de luz en su corazón,..
Y él repitió asombrado:- Con un rayo de luz en su corazón…
- pero sólo se dieron cuenta, los que al despertar tocaron a otro ser humano con ternura.

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