jueves, 1 de marzo de 2012

Desde Kenia con Wangari Maathai



Desde KENIA con WANGARI MAATHAI.



Fundadora del Movimiento Cinturón Verde. Mujer Árbol, Mujer Africana, Doctorada, Política, Mujer ecologista, Activista, Mujer en Movimiento con otras Mujeres que siembran crecimientos sostenibles, cauces democráticos y claros de Paz.



Nace el 1 de abril de 1940 en Nyieri, Kenia. Estudia biología en los Estados Unidos de América y en Alemania. Recibe el título de Master de la Universidad de Pittsburg en 1964. Vuelve a Kenia, a la Universidad de Nairobi donde se convierte en la primera mujer de África Oriental en obtener el título de Doctora. En 1971 ocupa el puesto de profesora en el Departamento de anatomía veterinaria en esta universidad, más tarde es jefa de ese departamento.



Movimiento Cinturón Verde
“Las montañas han sido fuente de inspiración a lo largo de la historia. Para la gente que vive cerca del monte Kenia, ésa es su montaña, incluso creen que Dios vive allí. Cuando yo la contemplo siento como si me mirara y me dijera: me están violando; sé que desde la distancia todo parece muy tranquilo, pero mis árboles están siendo cortados, mi nieve se derrite, mis ríos se vacían, no tengo nada que ofrecer; ¿no puedes hacer algo?”.






Wangari Maathai crea el Movimiento Cinturón Verde (MCV), gracias a lo cual es la primera mujer africana –y la duodécima en el mundo– en obtener el Premio Nobel de la Paz por "sus contribuciones al desarrollo sostenible, a la democracia y a la paz".






El MCV enlaza protección del medio ambiente, derechos de las mujeres, lucha contra la pobreza, exigencia de democracia y promoción de la paz. Surge en 1977 como una consecuencia de la participación de Maathai en las acciones del Consejo Nacional de Mujeres, al que se había unido para combatir las interferencias políticas en la universidad y los ataques a la libertad de cátedra. En la Conferencia Internacional de la Mujer de México (1975), “Hablaban de cosas que yo vi que estaban relacionadas: inseguridad alimentaria, malnutrición; falta de agua, de leña y de ingresos. Les dije: si no tenéis leña, plantad árboles”.



Plantar árboles es: leña, en un país pobre, la principal fuente de energía para cocinar y calentarse; atraer la lluvia para los campos; comida, nacida de los campos regados, que evite la malnutrición; agua para que beban el suelo y la gente, que empieza a sentir la necesidad de cuidar el medio ambiente; ingresos para las mujeres y una imagen positiva de sí mismas y de sus capacidades. Los árboles son símbolos de esperanza “Hoy son 6.000 los grupos que trabajan con el MCV, 3.000 los viveros y 35.000 las mujeres que los cuidan y se benefician de ellos".

En el MCV, las mujeres se agrupan, se organizan y gestionan viveros de semillas para después plantar ellas mismas los árboles en terrenos privados. Actualmente también trabajan proyectos de reforestación, compartiendo el financiamiento con el gobierno de Kenia. También se celebran seminarios en donde las personas comienzan a vincular su vulnerabilidad con la ignorancia y con los intereses del mismo gobierno corrupto y no democrático.






“Sigo siendo una activista, siempre lo he sido. La gente diferencia el activismo y la política. No entiendo ese sentido tan estrecho de lo político. Para mí, todo lo que hacemos y decimos es político, y si mostramos preocupación por cualquier aspecto de cómo somos gobernados, estamos expresando una opinión política”. Diputada desde 2002 y Ministra de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Vida Salvaje desde 2003, Maathai ha pasado en varias ocasiones por la cárcel, ha sido llamada loca, divorciada y ha sido amenazada con la ablación por ser una amenaza a la seguridad del Estado. “Sé que infligir miedo es parte del control. Pero era sorprendente. Yo me preguntaba: ¿por qué se opondrán a que plantemos árboles? Nadie puede oponerse a eso. Resultaban ridículos. Yo no violaba ninguna ley, sólo estaba yendo al bosque”.






Wangari Maathai, bajo el régimen del presidente Daniel Arap Moi, va a prisión en diversas ocasiones y es atacada de forma violenta por exigir elecciones con pluralidad de partidos y el fin de la corrupción y de las políticas tribales. Gracias a prácticamente sólo ella, se salva el Parque Uhuru de Nairobi en 1989, al parar la construcción de un complejo urbanístico promovido por los asociados del presidente Moi. El bosque Karura ha sido otro reto para la fundadora del MCV. Funcionarios del Gobierno habían adjudicado a amigos y aliados políticos parte de los cuatro kilómetros cuadrados del bosque para construir mansiones de lujo. 1998 corre entre manifestaciones, protestas, cargas policiales, detenciones y visitas al hospital. Pero, una vez más, logran impedirlo.






El MCV de Kenia ha logrado hasta hoy 600 redes comunitarias y 30 millones de árboles sembrados, logrando la trasformación de grandes extensiones de tierra y la recuperación del hábitat para la fauna y la flora locales. También la mentalidad keniata está siendo reforestada. Durante el proceso de revisión para la nueva Constitución de Kenia, MCV lleva a cabo los seminarios de educación cívica y medio ambiental, donde los/as participantes abordan temas de gobierno, apoyo, conservación medioambiental y responsabilidad ciudadana y conduce las actividades de plantación de árboles para apoyar el proceso y fomentar una transición pacífica. 250,000 árboles de paz han sido sembrados.






También trabaja con las comunidades en la conservación y recolección de agua, esta última utilizada para la siembra, las necesidades caseras y el riego de árboles y en la construcción de fuentes de ingreso para las familias a través del desarrollo de habilidades, principalmente en mujeres, en áreas como seguridad alimentaria, procesos de producción y mercadeo de alimento, apicultura y reforestación. Provee información sobre salud reproductiva y VIH/SIDA y promueve la abstinencia-fidelidad-preservativos para niñas y jóvenes mujeres. Todo lo cual se sustenta en la movilización y empoderamiento de comunidades.



“Trabajando juntas hemos demostrado que el desarrollo sostenible, la restauración ambiental, el gobierno ejemplar, son posibles si la ciudadanía ordinaria está informada, sensibilizada, movilizada e implicada”.

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