viernes, 22 de noviembre de 2013

Romaníes, otros ciudadanos europeos (2/3)

Son una comunidad muy diversificada, en el ámbito internacional, sin territorio propio definido, y en la práctica sin instituciones políticas o sociales propias hasta el último siglo. Idealmente, se conoce a la nación gitana como Romanestán, concepto o reclamación similar en cierto modo al de otros pueblos o etnias sin Estado, como los kurdos y su Kurdistán o el del pueblo judío antes del establecimiento de Israel como territorio geográfico para este fin. La lengua romaní tampoco presenta una homogeneidad o extensión que permita hablar de un único idioma transnacional gitano, pues las comunidades romaníes de los distintos países suelen adoptar o adaptar la lengua dominante del territorio en que se encuentran. Los romaníes de todo el mundo presentan diferentes características antropométricas, culturales y sociales que dificultan su categorización bajo una sola familia étnica, por lo que a menudo es difícil obtener datos fiables a partir de un censo común. La población mundial de romaníes y su localización geográfica se desconoce con exactitud. La cifra más aceptada, procedente de datos agregados por países podría rondar los doce millones de personas, de los cuales diez se concentran en Europa. Algunas fuentes alcanzan hasta un total de cuarenta millones, al agregar la supuesta población gitana de la India, lo que demuestra de la alta dificultad de obtener datos fiables debido a su diversificación. Adicionalmente, algunos países carecen de un censo fiable de esta comunidad. También se achaca a su movilidad territorial, a la desconfianza hacia las instituciones, al deficiente y problemático planteamiento del recuento, a la simple desidia de la administración (por ejemplo, en el año 2003 todavía no existía un censo fiable de gitanos de La Rioja), o a las condiciones socioeconómicas de cada país, también con dificultades para censar a la población no gitana. Por otro lado, la realización de censos de gitanos es en algunos países, por razones de legalidad, imposible, al suponer una forma de discriminación. El último censo oficial completo de gitanos realizado a nivel estatal en España sigue siendo, por tanto, de fines del siglo XVIII, en concreto del año 1783. El país con mayor número de gitanos del mundo es Turquía, en donde vivirían 2-5 millones. En España, por mandato constitucional, no se permite formalmente la discriminación por raza o etnia, por lo que en los censos locales no existe ninguna referencia a los gitanos como tales, lo que impide tener constancia del número exacto de gitanos a través de esa fuente de información. Tradicionalmente se han agrupado importantes comunidades de gitanos en España. Por comunidades autónomas, Andalucía cuenta con la mayor población de gitanos con cerca de 300.000, alrededor de un 5% del total de la población de la comunidad. Su relevancia allí es tal que en octubre de 1996, el Parlamento de Andalucía declaró el 22 de noviembre Día de los Gitanos de Andalucía. Ese día se conmemora su llegada en 1462 a Andalucía. Tras ésta, son Cataluña, la Comunidad Valenciana y la Comunidad de Madrid las comunidades donde se concentra la mayor parte de la población gitana. La difícil inclusión social del pueblo gitano en España continúa siendo un problema endémico. Desde el inicio de la democracia española en 1978, los sucesivos gobiernos democráticos han venido adoptando diversas medidas integradoras con mayor o menor éxito, especialmente en las áreas de servicios sociales y de bienestar, intentando especialmente fomentar su integración y superar los problemas derivados de la pobreza y discriminación. Desde 1983, por ejemplo, el gobierno puso en marcha un programa para promocionar el derecho a la educación que incluía a las comunidades gitanas. Algunos de ellos se han organizado en la Unión Romaní, una federación de asociaciones dedicada a la defensa de la comunidad gitana. Persigue el reconocimiento de la cultura y desarrollo social del pueblo gitano.

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